La mochila del educador
Una ventana al mundo de la Educación Social. Un espacio para la reflexión, personal y profesional, en una profesión donde se hace mucho pero poco se refleja por escrito. Un espacio para la formación, con el ánimo de compartir lo aprendido en estos años de andadura y abrir juntos nuevos senderos. También para las lecturas, relacionadas directamente o no con la intervención educativa y social.
Con otra mirada...
Con este blog quisiera abrir una ventana desde donde podáis asomaros al horizonte que se alcanza a ver desde aquí.
Habrá un espacio para la reflexión, personal y profesional, en una profesión donde se hace mucho pero poco se refleja por escrito. Habrá un espacio para la formación, con el ánimo de compartir lo aprendido en estos años de andadura y abrir juntos nuevos senderos. También para las lecturas, relacionadas directamente o no con la intervención educativa y social.
Pero sobre todo será un lugar privilegiado para compartir encuentros y experiencias en esta tarea apasionante de mejorar el mundo siendo mejores en el oficio de ayudar a otros a mejorar sus vidas.
5 de mayo de 2019
¡Sólo quedan 3 días!
15 de abril de 2019
¡Arrancó la campaña de crowdfunding de Emolab!
24 de marzo de 2019
Regular las emociones
¿Cómo podemos ayudar a los hijos a regular sus emociones? Nosotros somos el espejo donde ellos se miran, de modo que somos sus primeros reguladores emocionales. Y de la manera en que gestionamos nuestras emociones, así aprenden ellos a regularlas.
Para escuchar nuestras emociones, lo primero será prestar atención a nuestro cuerpo: ¿Cómo es mi respiración (lenta, rápida, superficial, profunda,...)? ¿Cómo siento mis músculos (tensos, relajados)? ¿Cómo es mi rostro (los músculos de la frente, los ojos, la boca,...)?
Lo siguiente será poner nombre a la emoción que siento, más allá de un simple estoy bien o estoy mal: ¿Es tristeza? ¿Es decepción? ¿O es desánimo? Porque no son lo mismo...
Después vendrá el preguntarnos: ¿qué pensamiento me lleva a sentir esto? Porque es nuestra percepción de lo que sucede lo que desencadena nuestras emociones, y no los hechos en sí.
A continuación podemos ir más allá e indagar sobre qué necesidad revela esta emoción, hacia dónde nos invita a prestar atención... y expresar de manera clara y concreta lo que necesitamos.
Regulamos entonces nuestras emociones haciéndonos conscientes de ellas y deteniendo y cuestionando el flujo de nuestro pensamiento.
Pero, además, de entrenar nuestra propia regulación emocional, el modo en que respondemos a las acciones y emociones de nuestros hijos será fundamental para que aprendan a regular unas y otras, como nos cuenta en esta entrevista Daniel J. Siegel.
En la misma línea, una técnica que se utiliza para enseñar a niños pequeños a regular la ira es
la Historia de la tortuga.Podéis probar con ella en casa o en el aula.
29 de septiembre de 2018
Os presento a Ana...educadora social
Quienes trabajamos con menores y familias en situación de riesgo social, sabemos de la dificultad de construir una buena relación de ayuda, y somos conscientes de la importancia de mejorar y actualizar constantemente nuestras competencias y habilidades.
|
| |||||||||||