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27 de noviembre de 2011

Revista de Educación Social

Ya ha salido el nuevo número de la Revista de Educación Social, monográfico dedicado a la Formación:


Robin Hood: que no paguen los de siempre...

 
 








La Tasa Robin Hood: Uno de los pocos avances del G20. La propuesta se abrió camino en la Cumbre de Cannes, junto con la necesidad de que sus fondos se destinen a desarrollo.
(c) Oxfam France
Los meses de campaña internacional han dado fruto. Francia, Alemania y España han sido los principales promotores de la tasa, sumando fuerzas con otros países como Argentina, Brasil, Corea del Sur, Etiopía y Suráfrica. Pero además, la Unión Europea ha puesto en su agenda una propuesta para aplicar una tasa a las transacciones financieras europeas, sin necesidad de esperar a un consenso global. Cada uno de los Estados Miembros tiene que ratificar la propuesta y decidir qué cobertura geográfica tendrá.
(c) Oxfam France
El G20 no es una película La cumbre de Robin
Durante la Cumbre del G20, marcada por la crisis griega, la tasa Robin Hood logró mantener su hueco en la agenda internacional, y recabó los apoyos de nuevos países. Ahora es el turno de México, nuevo anfitrión del G20, y de la Unión Europea, que inicia su propio proceso para adoptarla. Lee el blog de Susana Ruiz, nuestra portavoz de la campaña, en El País comentando los resultados de la cumbre de Cannes.
Entrega de firmas Robin Hood Medio millón de proscritos
Los avances conseguidos han sido un logro de cientos de miles de personas de todo el mundo. En apenas dos años, una idea que parecía utópica cuando salimos a la calle por primera vez, se ha hecho fuerte en la agenda internacional. Medio millón de personas de todo el mundo (45.000 en España), han firmado para que los lideres políticos aplicasen una tasa a las transacciones financieras destinada al desarrollo. Las firmas las entregó el héroe de Sherwood en persona en la Moncloa y también al presidente de turno del G20, Nicolás Sarkozi en Francia.
Niza La hora de los líderes mundiales
La víspera del comienzo de la Cumbre en Cannes, salimos a la calle para que los cabezones del G20 firmaran la tasa Robin Hood.
¿Quieres ver más fotos?
Ministra La ministra en Sherwood.
Durante la campaña, cientos de activistas se movilizaron en las principales ciudades del mundo en favor de una tasa para el desarrollo. En España, entre el 14 y el 17 de octubre salimos a las calles de 22 ciudades españolas para pedirle a la ministra de Economía, Elena Salgado, que impulsara la aprobación de la Tasa Robin Hood en Europa y en el G20.
Mira el vídeo
Mira la información y las fotos de las acciones en todo el mundo
Interactivo Robin Hood eres tú
Una pequeña tasa del 0,05% sobre las transacciones financieras podría estar a punto de cambiar las cosas. Los bancos están presionando para proteger sus intereses. Por eso, si quieres seguir participando puedes ser protagonista de este vídeo. Porque, como medio millón de personas en todo el mundo, tú también eres Robin Hood.
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15 de noviembre de 2011

La intervención social en tiempos de crisis: ¿un lujo innecesario?

Cierra la narcosala de las Barranquillas en Vallecas EL PAÍS 13/11/2011 ¿Modernización o recorte social? Donde los servicios públicos no llegan, la ciudadanía no existe. Porque los más pobres no votan: los índices más altos de absentismo electoral de la Comunidad de Madrid se dan en la Cañada Real EL PAÍS 14/11/2011, coinciden, qué casualidad, con el "no lugar" que las administraciones públicas rehúyen hasta que la presión ciudadana les obliga a actuar. 
No vota el que no existe como ciudadano ni (apenas) como consumidor, pues sólo se consume, consumiendo el subproducto miserable de la droga para que otros hagan el negocio a costa de su vida.
Pero el ciudadano que sí existe, que exige ser tratado como ciudadano y que de hecho viene tratado como tal por los poderes públicos, es atendido porque consume y porque vota. Y cuando deja de consumir (porque no tiene dinero, porque no tiene trabajo), y si deja de votar (porque pasa de los políticos, porque "no sirve para nada"), entonces empieza a dejar de existir como ciudadano.
Porque el que calla, otorga.
Y, en el sentido literal de la palabra, es idiota el que no vota, pues en la antigua Grecia (precisamente en Grecia) se decía idiota  al que se ocupaba sólo de lo suyo y no de los asuntos del común.